Arquitectura para el espectáculo. Por Pamela Vicke Sánchez



Al arquitecto Alejandro Luna Ledesma se le reconoce más su legado escenográfico dentro de la historia teatral mexicana, sin embargo, la danza también se ha beneficiado con su talento, dentro de ese gremio, el artista es admirado por sus creaciones en grandes montajes basta mencionar su participación en la escenografía de la coreografía El viaje a la luna o Viaje a la X (De la Luna a la Tierra) de Raúl Parrao. La mancuerna fue sui géneris, ya que se conjuntó la danza bizarra de Parrao con la propuesta del arquitecto Luna, quien utilizó una pantalla plana como en los inicios del cine y su entorno, al plano tridimensional virtual con elementos multimedia, micas especiales y juegos de luz con el propósito de respetar la idea del ilusionismo.

El arquitecto también es diseñador, iluminador y escenógrafo, comenzó a hacer teatro a los 18 ó 19 años de edad, cuando estudiaba arquitectura en la UNAM y poco a poco, fue descubriendo la magia de la escenografía. El momento en que este destacado escenógrafo encontró su vocación teatral y decidió unirla a la arquitectura ocurrió cuando cursaba materias de arte dramático en la Facultad de Filosofía y Letras. En la arquitectura teatral se inicio asesorando al arquitecto José Villagrán García en los proyectos de los teatros de los planteles Coyoacán, La Viga, Mixcoac, Tacubaya e Insurgentes Norte en la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM.

Ha dedicado cuarenta años de su vida a la creación de espacios y es por ello que acaba de ingresar a la Academia de Artes. También ha participado en el diseño de largometrajes y series en televisión. Como académico fue director de la carrera de diseño teatral en el Centro Universitario de Teatro entre 1981 y 1985, entre 1989 y 1991 encabezó la Dirección de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes, también ha impartido cursos en instituciones de enseñanza superior del país y en el extranjero Por eso es uno de los escenógrafos más importantes que tiene nuestro país.

Entre los teatros que el arquitecto asesoró se encuentran el “Juan Ruíz de Alarcón”, el Sor “Juana Inés de la Cruz”, la Sala “Miguel Covarrubias” y el Foro del Centro Universitario de Teatro, todos ubicados en el Centro Cultural Universitario de la UNAM. Gran parte de las obras donde Luna realizó las escenografías fueron producidas por la Universidad, entre éstas destacan: Tío Vania, de Chéjov, y De la vida de las marionetas, de Bergman, dirigidas por Ludwik Margules; Reso, Y con Nausistrata, ¿qué? y La historia de la aviación, escritas y dirigidas por Héctor Mendoza; Minotastas y su familia, escrita y dirigida por Hugo Hiriart; La mudanza y La visita del ángel, ambas de Vicente Leñero, dirigidas por Adam Guevara e Ignacio Retes, respectivamente; Armas blancas, de Víctor Hugo Rascón Banda y El príncipe de Hamburgo, de Heinrich Von Kleist, dirigidas por Julio Castillo; y Lástima que sea puta, de John Ford, Miscast, de Salvador Elizondo y El hacedor de teatro, de Thomas Bernhardt, dirigidas por Juan José Gurrola. También es el creador de la escenografía e iluminación de El Cascanueces, versión contemporánea que dirigió la coreógrafa Adriana Castaños. En esta pieza, jugó con los planos, las dimensiones y las atmósferas.

Actualmente, el arquitecto y escenógrafo Alejandro Luna Ledesma asesora a la Universidad de Guadalajara en el proyecto de su Centro Cultural que incluye el Auditorio Metropolitano (rebautizado como Telmex y ya en funciones), y tres teatros; al arquitecto Daniel Bermúdez, en el Teatro “Julio Mario Santodomingo” en Bogotá, Colombia; al arquitecto Teodoro González de León, en el Teatro Metropolitano de Querétaro; y a la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de México, en el Teatro Vizcaínas, entre otros. Usted, estimado lector puede ver todo su trabajo que estará expuesto en el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes, hasta el cuatro de noviembre, no se lo pierda.

Octubre, 2012

Proceso creativo dentro de la geografía del conflicto. Por Paula Resendiz Amador




El futuro de la arquitectura no está en los edificios, declaró el arquitecto Teddy Cruz, sino en la reorganización política y social, en el imaginario colectivo y cívico. La renovación y la transformación no vendrán de los lugares de abundancia y privilegios sino de los lugares marginales y de escasez. Una ciudad global, como Dubaï, es y será un sitio de consumo. Un barrio marginal es un sitio de producción porque la densidad produce intercambios sociales que no se dan en un espacio individualista de consumo. Estudioso de la geografía del conflicto de Tijuana, Teddy Cruz propone adoptar un “pesimismo optimista” para afrontar la realidad actual. Invita a infiltrar las instituciones para romper con la incapacidad que han tenido para confrontarse a las condiciones socioeconómicas de México. Es en esta zona fronteriza en la que este profesor de la Universidad de San Diego, ha buscado y encontrado la inspiración a sus proyectos.

En la actualidad, no basta ser arquitecto en el sentido clásico del término: es preciso enriquecer nuestros campos con los procedimientos de análisis y reflexión de otras áreas, sobre todo, sociales. Si el arquitecto pretende resolver problemas con sus intervenciones, debe considerar el conflicto como primer instrumento operativo. Por ejemplo, es necesario repensar la propiedad: el sueño americano colapsó cuando no todos pudieron comprar su propia casa. Estas contradicciones del sistema, que sólo benefician al promotor y se olvidan de las comunidades, son los puntos de partida para diseñar nuevos procesos políticos y económicos que permitirán el surgimiento de nuevas arquitecturas.

Donde otros ven pobreza, Teddy Cruz percibe la posibilidad de un modelo social y arquitectónico. Para él, las condiciones y el origen del conflicto son material de diseño. Nos muestra imágenes sobre la “urbanización del miedo” que se ha generado en San Diego a raíz de la inmigración latinoamericana. El muro como emblema de la separación y de la política discriminatoria representa hoy el urbanismo tradicional norteamericano. Empero, Teddy Cruz considera que los inmigrantes son los urbanistas del siglo XXI. En los asentamientos irregulares de Tijuana, se han constituido casas con base en desechos urbanos provenientes de Levittown, San Diego. Pedazos de infraestructura (puertas de garage, llantas) han atravesado la frontera para reconstruir una arquitectura del patchwork. Liberar la planta baja, levantando la vivienda sobre pilotes -tal y como lo han hecho diversas culturas del mundo y como Le Corbusier lo reinterpretó en la Modernidad-, es un concepto que se reproduce en estos suburbios de Tijuana. Para ganar espacio dentro de un urbanismo improvisado y precario, los bungalows de la post-guerra que han sido desmantelados en San Diego funcionan de vivienda digna al otro lado de la frontera, montados sobre perfiles de acero para liberar el área sobre el asfalto y establecer una fuente de ingresos.

Este bricolage informal es el reflejo de la creatividad floreciente en tiempos de crisis. De esta arquitectura espontánea, el despacho de Teddy Cruz ha propuesto posibilidades de combinaciones de casas prefabricadas con materiales reciclados. Sus diseños no son la solución al problema ni son un experimento estético para puristas: son una ruta alternativa a un complejo proceso social en el que coexisten espacios reconfigurados de su uso original. Donde Teddy Cruz innova es en la forma de programar los espacios: devolverle un sentido comunitario al espacio público, creando la antítesis a la impersonalidad de los suburbios americanos de los últimos veinte años. La coexistencia hace que la densidad sea más sustentable. El futuro de la arquitectura no radica en la utopía de la sociedad ideal sin conflictos, sino dentro de una sociedad capaz de reorganizarse frente a la adversidad y de crear alternativas a sus conflictos.

Mayo, 2011

Facultad de Arquitectura, UNAM: Centro Cultural. Por Alejandro Ochoa Vega



Una tradición de casi ¡230 años! Tiene que reflejarse en una institución solida, consolidada y referente en el ámbito nacional, eso es la Facultad de Arquitectura de la UNAM, en Ciudad Universitaria. En 1783 se fundó la Academia de San Carlos, que en el siglo XIX se convertiría en Escuela Nacional de Bellas Artes y en el siglo XX en Escuela Nacional de Artes Plásticas, ya sin arquitectura que se separaría para crear su propia institución en 1929. En 1954 empezarían las clases en CU, en el edificio de la antigua ENA, (Escuela Nacional de Arquitectura), hoy Facultad, proyectado por José Villagrán García, y con ello una nueva etapa de enseñanza masiva, donde estudiantes llegados de toda la República aspiraban a formarse como arquitectos. Hoy hay más de 100 escuelas de arquitectura del país, pero la de CU sigue siendo un referente de calidad y prestigio.

A lo largo del año, la Facultad ofrece para la comunidad de arquitectos, múltiples actividades, eventos y servicios; congresos, diplomados, seminarios, conferencias, cursos y exposiciones, además de tener la mejor biblioteca de la especialidad en la ciudad, sino es que en el país. Incluso una joya de la institución, es el Archivo de Arquitectos Mexicanos, donde se pueden encontrar materiales originales, planos y fotografías básicamente, de una cantidad importante de protagonistas de nuestra modernidad Hay una librería de la institución recién concesionada, donde además de encontrar todas las publicaciones propias, también hay de otras instituciones académicas y de editoriales privadas, y por si fuera poco, existen un par de locales más donde se ofrecen libros y revistas. El teatro Carlos Lazo no solo es la sede de los eventos diversos de la facultad, sino también del Taller Coreográfico de la UNAM, de la Muestra Internacional de Cine y de otros eventos culturales. El Museo Universitario de Ciencias y Artes (MUCA), vecino de la Facultad, después de la inauguración del MUAC, quedo disponible, y es ahí donde se montan múltiples exposiciones a lo largo del año, además de contar con la Galería José Luis Benlliure, el vestíbulo general y el de la biblioteca donde también siempre hay alguna muestra de arte o diseño. La cafetería, centro de reunión por excelencia de la Facultad, es un lugar agradable y con buen servicio. ¿Qué podría faltar?, nada, puesto que también hay una sucursal de Lumen, fotocopiadoras y en general un ambiente de una verdadera escuela de arquitectura.

Al final, como podemos ver, la Facultad de Arquitectura de la UNAM, es un verdadero centro cultural y de formación académica, único en nuestro país, donde los estudiantes de arquitectura, los arquitectos y público en general pueden encontrar en un solo sitio, libros para consulta o para comprar, exposiciones, conferencias o algún curso de actualización, entre muchas otras opciones. Por lo pronto en estos días, estimados lectores, no se pueden perder las muestras “21 jóvenes arquitectos de México” y otra espectacular sobre el recién fallecido arquitecto mexicano Antonio Attolini, con dibujos originales de varios de sus proyectos. En el caso de exposiciones sobre jóvenes profesionales, es una oportunidad única de ver el trabajo de diseñadores del D.F., Guadalajara, Mérida, Monterrey, Baja California y Oaxaca entre otras regiones. En suma, no se puede negar el desarrollo de la arquitectura en el país, y que muchas instituciones también ofrecen diversas actividades y servicios de buen nivel, pero por tradición y capacidad, ni una como la FAUNAM. Puede tener todo tipo de directores, unos mejores que otros como en todos lados, pero la dinámica propia de la facultad, con sus profesores y alumnos, trabajadores y ex alumnos, va más allá de una buena o mala gestión, el espíritu general y colectivo de trabajo, es su mayor virtud. ¡Enhorabuena que contamos con ella!

Octubre, 2012

Eduardo Souto de Moura. Premio Pritzker. Por Rodolfo Santa María González



El arquitecto portugués Eduardo Souto de Moura es el nuevo Premio Pritzker de Arquitectura 2011. Instituido en 1979 por Jay A. Pritzker y su esposa, es el reconocimiento más importante en el mundo de la arquitectura. Se otorga anualmente a un arquitecto o arquitecta vivo cuyo trabajo construido “demuestre una combinación de talento, visión y compromiso” y que “ha producido contribuciones consistentes y significativas a la humanidad y el entorno construido a través de la arquitectura”.

En esta ocasión el jurado estuvo integrado por Peter Garth Palumbo, Alejandro Aravena, Carlos Jiménez, Gleen Murcutt, Juhani Pallasmaa, Renzo Piano y Karen Stein. De entre las consideraciones del jurado destacamos esta: “A lo largo de tres décadas Eduardo Souto de Maoura ha producido un compendio de obras que pertenecen a nuestro tiempo pero que también llevan los ecos de la tradición”. Una razón poderosa en un mundo que tiende a la eliminación de las particularidades.

Un día después de que la noticia del premio se “filtrara” a través de un portal de arquitectura, en un artículo publicado por el diario español El País, Emilio Tuñón calificaba la obra de Souto de Moura como “una de las más emocionantes y líricas de la arquitectura contemporánea”. Otro atributo poco común en la arquitectura reciente.

Eduardo Souto de Moura nació en Oporto en 1952. Durante sus estudios y a lo largo de cinco años colaboró con Álvaro Siza; en 1980 se graduó como arquitecto e inicio su actividad profesional independiente y al año siguiente su labor docente en la facultad de Arquitectura de Oporto en donde colaboró hasta 1991. Como profesor invitado ha recorrido lugares como París, Harvard, Dublín, Navarra, Zurich y Lausana.

La obra de Souto es extensa y abarca lo mismo museos y hoteles, que estaciones de metro, un cine y un estadio. Entre la obra pública destaca muy especialmente, el Estadio Municipal de Braga (2003), una obra que combina una lectura cuidadosa del lugar y una enorme sabiduría en la colocación de las dos piezas (gradas) que conforman el estadio. Sin duda una lección de dialogo entre arquitectura y lugar. Entre 1989 y 1997, emprende la rehabilitación del Monasterio de Santa María de Bouro, un ejemplo de diálogo inteligente entre la preexistencia y las nuevas inserciones y referencia inevitable en el campo de la reutilización. Otra obra significativa en la obra de Souto es La Casa das Historias Paula Rego (2005-09) en Cascais. Un interesante y propositivo diálogo entre arquitectura y paisaje, entre modernidad y tradición. Sin embargo, podríamos afirmar que es en el tema de la casa en donde este arquitecto ha desarrollado una parte importante de sus búsquedas y logrado sus hallazgos. Esta es una invitación a conocer su obra.

Este premio más que merecido a Eduardo Souto de Moura es doblemente importante cuando lo sumamos al Pritzker otorgado en 1992 a ese otro gran maestro de la arquitectura Portuguesa que es Álvaro Siza. En hora buena por Souto y por Portugal en un momento tan difícil para este país hermano.

Abril, 2011

Mercado La Merced, 55 años. Por Ma. Pamela Vicke Sánchez



Este año el mercado La Merced cumple 55 años de existencia, inaugurado el 24 de septiembre de 1957 con motivo a la veneración de la Virgen de Nuestra Señora de la Merced, considerado en su tiempo el centro de abastos más grande de la ciudad de México.

En el periodo decimonónico, muchos conventos de la ciudad de México fueron destruidos, ya sea para abrir nuevas calles o para construir nuevos edificios, el de La Merced sufrió la misma suerte el 30 de abril de 1861, al ceder a la municipalidad el exconvento con la finalidad de construir allí una plaza para mercado, y así solucionar temporalmente el problema del abasto de la ciudad. Por su parte, el gobierno estuvo dispuesto a invertir en el mantenimiento e higienización, pero a la larga, el antiguo mercado de La Merced también resultaría insuficiente para albergar a todos los locales.

Durante la década de 1950, en el sexenio del presidente Adolfo Ruíz Cortines, se abrió la avenida Anillo de Circunvalación para facilitar el tránsito de automóviles alrededor de la parte antigua de la ciudad. Al frente del Departamento del Distrito Federal estaba Ernesto P. Uruchurtu, quien decidió sanear las áreas céntricas, recuperarlas para la vialidad y devolverle al Centro Histórico lo que ya constituía una preocupación latente, el libre tránsito e higiene en las calles y avenidas. Hacia 1955, el centro de la capital estaba totalmente invadido de puestos callejeros, la zona del antiguo mercado de La Merced, por ejemplo, se encontraba llena de comercios que se prolongaban hacia la calle. Por otra parte, en la zona de las calles de Allende y Perú, las banquetas estaban invadidas por comerciantes ambulantes cercanos al mercado de la Lagunilla; lo mismo sucedía en el área de Tepito. Por lo que, con la idea de modernizar la ciudad, en 1957 se demolió el antiguo mercado de La Merced, mientras, hacia el oriente en la Delegación Venustiano Carranza, se construía el nuevo con el mismo nombre. Ligado al programa de mercados del Departamento del Distrito Federal, que permitió encausar entre 1955 y 1957, la construcción de dichos equipamientos requeridos en esas zonas, el mercado central le fue encargado al arquitecto Enrique del Moral, en colaboración con los arquitectos Hilario Galguera y Félix Candela, y como residente de construcción estuvo el ingeniero Javier Barros Sierra.

Cuando el arquitecto Enrique del Moral y su equipo realizaron el proyecto, primero estudiaron el entorno e identificaron los productos de primera necesidad, que fueron divididos en seis recintos: la “Nave Mayor” para frutas, verduras y semillas; la “Nave Menor” para cárnicos y abarrotes; el “Paso a Desnivel” que además de servir de paso entre un mercado y otro, se emplearía en la venta de utensilios de plástico, entre otros productos; el “Anexo” especializado en la venta de utensilios para el hogar como ollas, comales, anafres y otros; “Las Flores” dedicado a la venta de plantas naturales y artificiales; y el de “Comidas” que ofrece alimentos preparados.

Las transformaciones y deterioro que ha tenido este emblemático centro de abastos, el más importante por décadas, han sido la falta de mantenimiento, las áreas de estacionamiento ya insuficientes, la ocupación de los vendedores ambulantes de pasillos y banquetas aledañas, el cambio de giro, donde se observa la modificación de comercios dedicados para la venta de productos, ahora como salones de belleza, restaurantes o expendios de artículos importados, entre otros.

También han variado las funciones esenciales como centro de abastecimiento al menudeo de productos básicos, porque los patrones de consumo han cambiado en la búsqueda de mayores ingresos, aunado a la construcción de la Central de Abastos con el fin de ubicar a los bodegueros. A estas transformaciones y desgastes, sería conveniente enfrentarlas con un mantenimiento preventivo y correctivo, para una mejor conservación de uno de los inmuebles más significativos del funcionalismo en México. Lo importante es reconocer que a 55 años de distancia, el mercado La Merced sigue siendo uno de los centros de abasto especializados más importantes de la ciudad, y forma parte de nuestra identidad como ciudad moderna; además de ser uno de los edificios más significativos de dos de los protagonistas de la modernidad arquitectónica en México, Enrique del Moral y Félix Candela.

Septiembre, 2012 

El patrimonio de los países árabes en peligro. Por Ma. Pamela Vicke Sánchez



Las guerras que presenciamos hoy en día en los países árabes del Medio Oriente y el Norte de África que originaron el llamado efecto dominó, se desencadenaron a raíz del derrocamiento, a comienzos del mes de enero, con el Presidente de Túnez Zine El Abidine Ben Ali, y a su vez estallaron protestas  en Jordania, Yemen, Argelia, Libia y Egipto.  Pero es Egipto el que se mantenía en el centro de atención, particularmente por su status como aliado estratégico de los EE.UU. y debido a su tratado de paz con Israel. De modo que el verdadero riesgo de dificultades en la economía es que la revuelta en Egipto se propagara a otros países con una porción mayor de la producción petrolera mundial. Cabe decir que las protestas fueron promovidas por los jóvenes, apoyados en internet y las redes sociales.

Sin embargo, nadie se ha puesto a pensar aún en otro aspecto muy importante: el patrimonio cultural. En el caso de Libia, cuenta con cinco 'joyas' en la lista del patrimonio cultural de la humanidad de la UNESCO y una guerra civil pondría en peligro este tesoro. En relación a lo anterior, la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, pidió la movilización de todos los socios de la Organización para garantizar la salvaguardia del patrimonio cultural de Túnez, Egipto y Libia. Todos ellos trabajan con la UNESCO en el ámbito del patrimonio cultural y habían participado anteriormente en la apertura de la Conferencia que celebra el 40º aniversario de la Convención de la UNESCO para la lucha contra el tráfico ilícito devienes culturales.

En su análisis de la situación del patrimonio cultural de Túnez, Egipto y Libia, señalaron la falta de información fiable sobre el estado de sitios e instituciones relacionados con el patrimonio cultural, la pérdida de las relaciones de trabajo anteriormente existentes con instituciones e individuos clave en este ámbito, el peligro de que la protección del patrimonio cultural quede relegada debido a otras emergencias sociales y económicas, y las condiciones inestables de la actualidad.

La directora de la UNESCO anunció el envío de misiones de expertos a Egipto y Túnez que, en contacto con las autoridades locales, “evaluarán las necesidades de asistencia, en particular en el ámbito de prevención contra el tráfico ilícito de las obras de arte”. Posteriormente, “diseñarán un plan de acción completo para proteger el patrimonio cultural a medio y largo plazo”.

Bokova señaló que trabajarán para concientizar a los jóvenes de estos países de que su patrimonio forma parte de su identidad y “puede llegar a ser un acicate poderoso para la democracia y el diálogo entre culturas”.

En la reunión participaron, entre otros, expertos de la Organización Mundial de Aduanas (OMM), Interpol, el Centro Internacional para el Estudio de la Preservación y Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM), el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), el Consejo Internacional de Museos (ICOM) y el Fondo Mundial de Monumentos (WMF). Coincidieron en denunciar “la falta de información fiable sobre el estado de sitios e instituciones relacionados con el patrimonio cultural”.

Además, indicaron que se ha perdido el contacto con responsables de protección del patrimonio nombrados por los antiguos Gobiernos y que existe un riesgo de que la protección del patrimonio quede relegada por otras emergencias sociales y económicas.

Abril, 2011

La mercantilización de la ciudad. Por José Ángel Campos Salgado



La ciudad no sólo es el conjunto de construcciones que se reúnen para dar cabida a los habitantes de un conglomerado social facilitando sus actividades, sino es fundamentalmente el espacio que queda entre estas construcciones. Son las áreas abiertas las que constituyen aquello que tradicionalmente se entiende por ciudad, las cuales tienen un tratamiento particular que permite su uso cotidiano: movilidad, recreación o trabajo. Estas actividades se practican de manera colectiva e implican el intercambio entre los habitantes, grupos de usuarios que se desplazan de un lado a otro, grupos de personas que descansan o se divierten en los parques, en las calles o en las plazas, y grupos de consumidores y vendedores o prestadores de servicios, los que ponen en juego sus modos de usar los espacios públicos para dar sentido a la vida colectiva.
La condición básica de todos estos espacios es su carácter público, la libertad para ser utilizados sin ninguna restricción, para gozarse sin límites físicos o temporales, sin condiciones salvo los usos que afecten a terceros. Es en el intercambio que se establece entre los ciudadanos que se llega a un común acuerdo para no afectar a los demás. Y sobre estas consideraciones, los espacios públicos de la ciudad en su utilización no tienen precio, son, por decir lo menos, gratuitos, dado que son propiedad de todos y de nadie. Administrados por la autoridad elegida por los propios habitantes pero no concedidos a esta autoridad para que ejerza sobre ellos ninguna soberanía al margen de los ciudadanos.
Cabe precisar que si son necesarias acciones sobre estos espacios estas deben ser puestas a consideración de los habitantes. Diversos mecanismos han sido experimentados en todo el mundo para llevar a cabo esta toma de opinión y cuando ha sido bien llevado este proceso y se han tomado en cuenta sus conclusiones, el resultado se muestra exitoso al momento de volver a tomar la opinión de los usuarios. Todo ello bajo la consideración de que el espacio público es un bien público que no puede enajenarse. No al menos bajo el régimen de propiedad que rige al mundo occidental, derivado de las experiencias del llamado “derecho romano”.
Frente a estas consideraciones resulta alarmante la información dada a conocer por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal: sí se cobrará por el uso de la “Vía Express” dijo, pues es una obra financiada por particulares. Como se sabe, esta vía es un camino elevado construido sobre una calle: el Anillo Periférico de la Ciudad de México en su tramo sur poniente, y esto tiene varios significados que es necesario analizar. Por una parte esta la utilidad que esto representa para la ciudad y como puede verse en experiencias anteriores este tipo de vías no son una solución a los problemas de movilidad de los ciudadanos pues la gran mayoría no tiene automóvil y la manera en que el número de autos particulares aumenta día con día en todas las ciudades del país, sólo se explica porque este tipo de obras alientan su proliferación y disminuyen la capacidad financiera de los gobiernos urbanos para invertir en el desarrollo de un transporte público eficiente, cómodo y seguro que pueda ser utilizado por todas las capas sociales, desalentando el uso del transporte privado.

Por otra parte podemos visualizar el sentido de la inversión que se realiza y que al ser de empresas privadas tiene consecuentemente fines de lucro. Se trata de obtener una ganancia y como puede verse en los procesos de obra, también de mantener una planta productiva en constante actividad. Es decir, la inversión no solamente se ha hecho en el momento de realizar la construcción sino ya se ha aplicado previamente en la implantación de plantas de fabricación de las piezas prefabricadas y en la adquisición de materiales para estas elaborar estas gigantescas piezas, en la compra de maquinaria para la perforación de los cimientos y el montaje de las estructuras, en los medios específicos para el transporte de las piezas y al final del proceso, en la contratación de personal, especializado y no, para los trabajos de terminación de las obras. Y a toda esta infraestructura tiene que sacársele la mayor ganancia posible. Por ello, los ingenieros dueños de estas empresas ofrecen sus servicios a los gobiernos de cualquier lugar, dentro y fuera del país y si no hay disposición de estos gobiernos para comprar sus servicios entonces ofrecen invertir ellos, con la condición de cobrar posteriormente por el uso de lo que han construido. Obtienen así una doble ganancia: mantienen su planta productiva y recuperan lo invertido en mano de obra, con mayores beneficios, porque, por supuesto, han pagado los salarios más bajos existentes en el mercado laboral.
Pero si ya esto es grave para los bolsillos de los habitantes de la ciudad y para el sano desarrollo de los procesos de movilidad urbana es peor aun si se considera el fondo mercantil de la decisión: se está poniendo en venta el espacio público de la ciudad, al menos temporalmente. Estas vías corren sobre las calles existentes y ni se pueden comprar, ni se ha pagado por ello, hasta donde sabemos. En este mundo del Neoliberalismo global todo es mercancía y poco a poco alcanza a ponerse en compra venta cualquier cosa, situación de la que no se salva hoy el espacio público que como decimos: es de todos y de nadie. Y si una calle vive esta situación no puede extrañarnos que también la voluntad de los habitantes del país se haya puesto en el mercado dando como resultado un elección presidencial ganada a base de votos comprados, cuyo resultado es absolutamente ilegitimo e inaceptable. Ha llegado el momento de detener completamente estos perversos procesos.

Septiembre, 2012

Patrimonio histórico-arquitectónico. Por Fernando Minaya Hernández



La definición del concepto de patrimonio lo entendemos como la herencia que nos dejan nuestros antepasados, sobre la misma razón de pertenencia de la patria o los padres. De ello es lo comprendido sobre los bienes que heredamos y la existencia de lo material viene acompañada del valor intrínseco, que caracteriza a los objetos que poseemos en el trayecto de la vida, de los momentos que determinan cambios significativos de su procedencia o desarrollo, la apropiación y rasgos del entorno adquirido, construido de los bienes tangibles.

“Patrimonio es el conjunto de las obras del hombre en las cuales una comunidad reconoce sus valores específicos y particulares y con los cuales se identifica. La identificación y la especificación del patrimonio es por tanto un proceso relacionado con la elección de valores” (Carta de Cracovia, 2000)

El término de patria también se relaciona al lugar de origen de los que heredan y se liga directamente al concepto de nación (Gómez-Urquiza, 1997:37). La interpretación del patrimonio histórico son todos los bienes desarrollados en el transcurso de una civilización, ellos tienen la características de ser parte de un suceso y evolución histórica. El cual modifica o impacta la vida de la sociedad, donde la relación cultural es primordial por la conformación de los pueblos, sea la obra de carácter modesto o majestuoso.

El patrimonio cultural son los bienes culturales que la historia transfirió a una nación y por aquellos que en el presente se crean, en donde la sociedad les otorga una especial importancia histórica, científica, simbólica o estética. Es la herencia recibida de los antepasados, y que viene a ser el testimonio de su existencia, de su visión de mundo, de sus formas de vida y de su manera de ser. También es el legado para las futuras generaciones.  El valor del patrimonio cultural es la aseveración de la conciencia colectiva de la sociedad, es la parte que le da personalidad histórica y cultural de todo pueblo para tomar las costumbres y raíces de identidad de la comunidad. (Carta de Barcelona, 2001)

La interacción del patrimonio histórico y cultural está fuertemente unida a la producción tangible e intangible, tanto de las necesidades propias de la región y del pensamiento colectivo, bajo la construcción de la imagen e identidad. En este caso, la arquitectura es parte fundamental de la representación de la cultura y la huella del pasado.

“El patrimonio arquitectónico, urbano y paisajístico, así como los elementos que lo componen, son el resultado de una identificación con varios momentos asociados a la historia y a sus contextos socioculturales.” (Carta de Cracovia, 2000)

El patrimonio arquitectónico está constituido tanto por aquellos edificios monumentales y singulares, como por aquellos que son simples y sencillos que caracterizan, otorgan identidad a los barrios y ciudad. Los cuales son parte invariable del origen y memoria física de un pueblo. En conclusión, la arquitectura juega un papel fundamental del proceso histórico y objetos tangibles, que constituyen la ciudad. Por ello se debe tomar en cuenta cada vez que modifiquemos el patrimonio esta última condición,  de igual manera permitir que sucedan procesos de transformación, con profundas reflexiones y discusiones de la sociedad y establecer ideas contemporáneas de las coyunturas o evoluciones –o involuciones, según sea el caso- y el patrimonio arquitectónico no se convierta en una instantánea de aquel recuerdo, de lo que fuimos o anhelamos como nación, y por supuesto permitir la libre expresión popular de la cultura, como fuente inequívoca de constitución de un pueblo soberano.

1.         Gómez-Urquiza, Mercedes (1997): “El concepto de Patrimonio, Fundamento para su Conservación y Especulación”, en, De Anda, Enrique (coord.), Especulación y Patrimonio, UNAM. México.
1.         Carta de Barcelona (2001): en http://www.international.icomos.org
2.         Carta de Cracovia (2000): en http://www.international.icomos.org

Marzo, 2011