Mijares y la experimentación. Por José Ángel Campos Salgado

El ejercicio de la arquitectura, si se hace responsablemente, obliga a una cuidadosa experimentación comprometida con el uso que tendrá lo edificado, con los sujetos que ocuparan sus espacios y con el espacio mismo que a su vez estará definido por la materialidad de la arquitectura. A esta correlación de factores hay que añadir el entorno,  donde Carlos Mijares diría que es mejor “ubicarse en el coro que intentar siempre ser el solista”. Y precisamente este gran arquitecto nos da ejemplo de lo que significa el compromiso con todos esos requerimientos. Su trabajo parte de una primera búsqueda donde la preocupación será cómo darle un sentido más humano, cabe decir, táctil, a la arquitectura moderna, cómo hacer que el concreto pierda su frialdad, su condición de piedra artificial, inerte y ajena a quien la toque. Y para ello estudia con cuidado la cimbra que dejará su huella aparente una vez retirada, y combinará este material con tímpanos de ladrillo en aparejos no convencionales.

Christ Church, Ciudad de México Fuente: www.existelo.tumblr.com

Este último material será en sus mejores obras un amigo, un compañero y un cómplice, recuperando su nobleza, su versatilidad y sus capacidades naturales. Mijares experimenta con el ladrillo apoyado en la tradición, lo usa para muros, arcos, trompas y bóvedas y cada vez arriesga más sin modificar el material en su estado original. Lo que exige esta tarea es el dominio del oficio que quiere decir: conocer y manejar las reglas de la geometría con la se pueden combinar diversas formas y volúmenes, saber de las capacidades de trabajo de cada material y la manera en que se comporta cuando se reúne o se combina con otros materiales, manejar con destreza los instrumentos y materiales que permiten expresar las ideas y comunicarlas a quienes estarán a cargo de construir lo proyectado, saber observar lo existente en el lugar y tener el juicio suficiente para adoptar una posición que respete y mejore esas condiciones y finalmente, considerar con toda sabiduría las capacidades de los trabajadores, sus casi siempre precarias condiciones de vida y su entrega comprometida con lo que será el fruto de sus esfuerzos físicos y emocionales.

Christ Church, Ciudad de México Fuente: www.existelo.tumblr.com

Todo esto está en el trabajo de Carlos Mijares y ha alcanzado tal nivel que indudablemente merece el más alto grado académico que puede conferir una institución educativa, porque además de su trabajo profesional ha sido un desinteresado formador de nuevos arquitectos, con su ejemplo y transmitiendo en el aula y el auditorio todo lo que sabe, sin guardarse nada de sus secretos. Pero aun debemos reflexionar sobre otro aspecto: la enorme diferencia de su arquitectura es que al pasar de los años alcanza hoy una presencia simbólica, un reconocimiento como marca de un lugar. Sus usuarios saben que están dentro de una obra mayor de arquitectura y la cuidan, la miman y la presumen. Esta es una gran diferencia frente a las últimas búsquedas que realizan los arquitectos que están de moda, los que salen en las revistas o en las recopilaciones de los mejor del inicio del siglo XXI, como pomposamente se hacen llamar estos escaparates de la irreflexión. Se trata de una arquitectura del espectáculo, para un público que ha sido educado por la televisión comercial, el cine de tercera dimensión y la publicidad que impone la forma de vida de una clase social que sueña con encontrarse en otro país. El mundo del consumo donde los objetos están planeados para ser sustituidos por otros en una siguiente etapa de la moda, que por sí misma debe ir cambiando todo el tiempo.

Espacio Lúdico, Bogotá, Colombia Fuente: Carlos Mijares B.

La arquitectura de Mijares es lo contrario, se trata como él mismo dice, de demorarse en el disfrute del espacio, de transitarlo lentamente para saborear cada rayo de luz que acaricia la textura del ladrillo de sus muros, de dejarse acariciar por los rayos de luz que proyectan sobras sorprendentes delante de nuestros pasos; la serenidad está detrás de sus experimentaciones y el resultado nos deja para las nuevas generaciones, las lecciones de una vida que se vive y se disfruta en comunidad. Celebremos que aun nos viva para intercambiar con él ese gozo.

Febrero 2014

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