La movilidad como ley. Por Mara Gachuz Delgado

El pasado 15 de Mayo entro en vigor la nueva Ley de Movilidad Urbana del Distrito Federal, con ella se pretende modificar el paradigma del transporte en la ciudad, la pirámide de jerarquía del peatón y el auto, y se reconoce la movilidad como un derecho para todos los capitalinos. Pero, ¿en realidad en qué consisten los puntos contenidos en dicha ley?, ¿se trata del inicio de la recuperación de las calles para  ser transitadas libremente? O ¿simplemente estamos hablando de demagogia política?

Hace unas semanas la ONU dio a conocer que - “con un total de 20 millones 843 mil habitantes, la ciudad  de México es la cuarta ciudad más poblada del mundo”1- con esto es inevitable pensar en la manera en la que me muevo dentro del D.F e imaginar la cantidad de personas que transitan de un lugar a otro utilizando las deficientes ofertas de transporte, y/o las  vialidades carentes de infraestructura y seguridad de nuestra ciudad. 

El tema de movilidad se ha convertido en un punto fundamental para vivir dentro de cualquier entorno urbano del mundo, es un factor que define y funciona para medir el desarrollo efectivo de las ciudades, así como la calidad de vida de sus habitantes.

En México, existen acciones y programas tanto públicos como privados que invitan a integrar nuevas opciones para trasladarse de un punto a otro. Sin embargo y como todos los usuarios de transporte lo sabemos, la oferta siempre resulta ineficiente ante la demanda. Programas y servicios como Ecobici, Carrot, AVENTON, Metrobus, Metro, los préstamos gratuitos de bicicletas del Gobierno del DF y la gradual transformación de algunas secciones de la ciudad de México (específicamente del primer cuadro) en andadores peatonales y  semi-peatonales, son implementadas para mejorar la movilidad. Sin embargo han dado la pauta para poner en evidencia las demandas capitalinas, la realidad es que todavía falta mucho por hacer.

Las circunstancias que ahora se entenderán como el planteamiento moderno de movilidad, se basan en la ampliación del Metro y Metrobus, en un nuevo órgano que regulara el transporte público de la ciudad; así como toda la reglamentación para las obras de infraestructura urbana, que, deberá atender a los principios de accesibilidad universal, es decir, banquetas adecuadas, rampas, cruceros seguros, etc. También tendrán que responder al principio de vialidad completa, donde es importante considerar los espacios peatonales, ciclovías, carriles para transporte público y  automóviles; todo esto en la idea de una nueva visión de ciudad.

El reto para el GDF, es grande y ambicioso no solo se trata de poner “parches” a las zonas de conflicto, el hecho es, que se tendrán que reformar dos reglamentos fundamentales para el funcionamiento de esta ciudad: el de tránsito y el de construcciones del DF. De esta manera, se podrán regular y sancionar las nuevas acciones, según sea el caso, sin dejar de lado la integración social.

Sabemos que existen diversos factores por los cuales la movilidad en la Ciudad de México es un conflicto, y que en su conjunto ocasionan el caos; como son  la indiferencia social y la apatía ciudadana en la participación de programas. El reto no solo será del GDF, sino de toda la comunidad capitalina  que tendrá un importante papel para fomentar y procurar la cultura de la movilidad.

La prioridad del peatón y el interés en su tránsito seguro y libre, nos habla de la apuesta a una evolución urbana, que si se realiza bajo los límites establecidos, reducirá  los tiempos de trayecto de peatones, ciclistas y automovilistas. Un desplazamiento urbano más eficiente que mejorara la calidad de vida de los citadinos.

Por último y reflexionando, como personas dedicadas al diseño, es necesario estar enfocados en estas nuevas transformaciones de la ciudad, para generar propuestas que  fortalezcan el concepto de movilidad, y de esta manera construir una ciudad vivible y más eficiente. 

Metro Pantitlán Linea A en “Hora pico”, fuente: www.sdpnoticias.com


Mi experiencia como recién egresado. Por Edgar Fabián Martínez Castillo.

Puedo afirmar que Enrique Norten, Juan Pablo Serrano, Félix Sánchez, fueron arquitectos que sin duda marcaron un objetivo en mis estudios universitarios desde el inicio, sobresalir.
Fueron poco más de 4 años los que viví angustiado por diversas razones. Sin enfocarme en el largo proceso que conlleva el estudiar la carrera de arquitectura, el hecho de presentar exámenes a diversas universidades, resultar seleccionado y saber si había elegido correctamente la profesión que ocuparía mis actividades y desvelos por el resto de mi vida, ya era razón suficiente para hacer presente a la angustia.

Dice Paul Andreu en “Carta a un joven arquitecto”: “…Piensa solamente en la arquitectura y lo que ésta significa para usted y para los otros. ¡Sobre todo, aliméntese! Aliméntese de ciencia, literatura, sobre todo de poesía. No hable demasiado y, sobretodo, nunca demasiado pronto…”. Considero que son éstas las palabras que describen casi a la perfección la etapa que vivía a poco más de la mitad de mi carrera, etapa de enamoramiento, en la que te brillan los ojos, te hacen sonreír, suspirar y tomarle más amor con tan sólo mencionar su nombre; “arquitectura”.

Hoy recién egresado me doy cuenta que todo el trayecto recorrido no fue más que la preparación a un largo camino por andar, el primer escalón al éxito, que aquellas noches de desvelos preparando entregas, hoy dan frutos, el soñar despierto. Por el momento no preparo entregas, sueño y aspiro a sobresalir, me desvelo con una sola intención, no haber desperdiciado el día sin hacer algo por alcanzar el éxito, cumplir mis sueños, alcanzar mis metas, porque terminar la licenciatura es tan solo el primer paso de bienvenida a la realidad. No es terminar una etapa, haber triunfado o estar orgulloso, es alcanzar mis objetivos, saber lo que es el fracaso, y que las horas de espera haciendo “renders”, las noches de desvelo preparando planos, y la mente a veces seca componiendo ensayos, solo era otra forma de prepararme para mis primeros tropiezos.

Ahora vienen las clásicas preguntas: ¿ya tienes trabajo?, ¿ya hiciste el servicio?, ¿dónde vas a trabajar?, y muchas por el estilo inevitables en este momento. En la idea de que no todos andamos de la misma línea, ni tenemos los mismos planes, mi experiencia como recién egresado, me lleva a recordar constantemente el objetivo que desde un principio me marcaron aquellos grandes arquitectos, sobresalir.

Julio Amezcua, Fernanda Canales, Luis Farfán, arquitectos contemporáneos que ya cuentan con premios y reconocimientos, y que para varios de mi generación significaron un referente importante, antes de ser diseñadores relevantes, son personas, al igual que muchos recién egresados, en plena formación, o recién ingresados a la carrera. Ellos sobresalieron y después de un proceso de crecimiento, actualmente ya cuentan con una firma arquitectónica, reflejo de su dedicación, visión y perfil profesional diferente a la de los demás.

También no puedo dejar de mencionar a Alejandro Ochoa,  Francisco Haroldo Alfaro, Carlos Mercado, Pablo Quintero, David Mora, Lucrecia Rubio, solo por referir algunos de mis maestros de la UAM-X, grandes arquitectos e increíbles docentes y personas, a quienes siempre voy a reconocer. Profesores que comparten su intelecto, que dan todo para que nosotros los recién egresados podamos andar el día de mañana, representando a esta maravillosa universidad, haciendo buena arquitectura de la que pueden sentirse orgullosos.

Esta es mi visión de recién egresado, el buscar ser diferente, sobresalir por mi trabajo y sentido humano, y que en un futuro se vea reflejado en mi arquitectura. Mencione a algunos arquitectos reconocidos, porque gracias a una oportunidad presentada en mi corto camino como arquitecto, de tener la oportunidad de intercambiar palabras con cada uno de ellos, y de presentarme como nuevo arquitecto, expresándoles mi admiración por su carrera, me hice una promesa; que el día de mañana sería parte de este maravilloso gremio,  no necesariamente como una de las estrellas de la arquitectura, sino como alguien que ha logrado sobresalir por la calidad de su trabajo.  

Egresados de la licenciatura de arquitectura. Fuente: Personal.

Septiembre 2014.





Ciudad futura, un nuevo aeropuerto y un viejo problema. Por Diego Rescalvo Grajales

Históricamente, el territorio conocido como el Valle de México, tratándose de una cuenca cerrada, ha sufrido cambios importantes en su geografía. Uno de los más graves y penosos acontecimientos ha sido la gradual pérdida de los grandes cuerpos de agua que conformaban el lago de Texcoco ( Xaltocan, Zumpango, Chalco, Texcoco y Xochimilco). Ahora solo podemos localizar los restos fragmentados de lo que fue alguna vez, una concentración de agua tres veces mayor a la Bahía de Acapulco.

Dentro de su extensión convergían aguas dulces y saladas, y era generador de una riqueza agrícola única para las culturas precolombinas, extendiéndose al temprano periodo del Virreinato Español. La poca sensibilidad, comprensión  y adaptación al frágil pero eficiente equilibrio del urbanismo prehispánico,  detono en constantes inundaciones, que trajeron como consecuencia  la decisión de desecar gradualmente el lago para expandir el terreno firme, alterando las características geografías, topográficas y ambientales del lugar.

Estas secciones sobrevivientes del lago se localizan al sur-oriente de la Ciudad de México actual, en una de las zonas con mayor índice de depresión social y económica. En un periodo de 50 años las condiciones urbanísticas, de infraestructura y expansión demográfica han empeorado exponencialmente, debido a un pésimo manejo de los recursos naturales, a un crecimiento urbano descontrolado y a programas y políticas sectoriales de poco impacto para las necesidades cotidianas  de una ciudad, que concentra más de  8 millones de personas, con un área conurbada que rebasa los  20 millones de habitantes (INEGI). Dentro este contexto  el  panorama actual es incierto y las miras al  futuro son poco favorables para la megalópolis.

En los años 60s ya con una problemática cercana a la actual, el Dr. Nabor Carrillo trazo los primeros planes para la realización de un proyecto urbano-ambiental denominado: “Rescate de la Cuenca Hidrológica del Valle de México”, logrando salvar casi 1000 hectáreas de superficie lacustre, trayendo como beneficios una baja en los niveles de contaminación, además de la reducción en el número de inundaciones al oriente de la ciudad. Sin embargo no fue sino hasta la década de los noventa, que se comenzó a gestar un proyecto integral  que tenía como principal interés, la regeneración del Vaso del Lago de Texcoco, junto a  un ambicioso plan urbanístico que buscaba la integración de las actividades humanas al entorno, y su relación directa con el medio ambiente.

“Ciudad Futura”,  proyecto de los arquitectos: Teodoro González de León, Alberto Kalach, José Manuel Castillo Olea, y Gustavo Lipkau, planteado en 2002,  tenía como prioridad el equilibrio entre los componentes urbanos, vialidades, servicios, equipamientos y el paisaje natural, generando un verdadero sistema de metabolismo urbano-ecológico. Con esto se permitiría revitalizar la región oriente de la ciudad,  creando un nuevo polo de inversión y desarrollo, aprovechando su  favorable  ubicación para  conectarse  al norte y sur del país, sin la necesidad de cruzar por  el  Distrito Federal.

Uno de los componentes fundamentales del proyecto “Ciudad Futura” era la construcción de una nueva terminal aérea con un carácter y condiciones distintas a las  del proyecto que parece será el definitivo, presentado por el Gobierno Federal el pasado 7 de Septiembre, realizado por los arquitectos Norman Foster y Fernando Romero. Pese a que no queda duda de la calidad y talento del arquitecto británico, el proceso de organización y selección del concurso para dictaminar el proyecto ganador, genero dudas en la opinión pública,  debido a que este tipo de eventos nos hace mirar al pasado y recordar las viejas prácticas propias del régimen priista, cobijando intereses propios y de algunos particulares de gran poder económico. Mismos que se han decantado a la luz  de procesos corruptos y objetos arquitectónicos sexenales sin sentido.

En la presentación pública del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México se argumento, que se trata de una obra a la altura de las mejores del mundo, y que su construcción  generara miles de empleos, con una nueva infraestructura que traerá progreso y modernización a las zonas marginadas de la metrópoli. Todo un manifiesto, con el lenguaje idéntico al utilizado para justificar las recientes reformas aprobadas por el congreso.


Quizas, un proyecto urbanístico como Ciudad Futura sea económicamente una extravagancia y la propuesta sea poco rentable para los intereses de la iniciativa privada. Pero, ¿no significaría dar un paso hacia delante?, ¿no se transformaría en un logro que rompería el paradigma de hacer  ciudad?, ¿no tendría beneficios ecológicos y ambientales para una de las capitales más contaminadas del mundo?. Y finalmente, ¿no sería la oportunidad para millones de personas de tener una vida  digna?, nunca lo sabremos, pero siempre es válido que  personas dedicadas al diseño, aspiren a crear objetos que nos den la posibilidad de ser más libres, más democráticos y más justos, Ciudad Futura era una posibilidad.





Proyecto "Ciudad - Futura". Fuente:  http://www.kalach.com/


Septiembre, 2014.

ARQUIFARSA 2014. Por Alejandro Ochoa Vega

Arquifarsa, espectáculo sobre la vida de los estudiantes y profesores de arquitectura en su escuela, surgió en 1982 en Culiacán, Sinaloa cuando era profesor de teoría e historia en la entonces Carrera de Arquitectura, dentro de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Sinaloa. El objetivo fue representar a través de diversas escenas con expresión corporal, danza y breves diálogos, las características situaciones de una escuela de arquitectura; la primera clase, las revisiones y entregas de diseño, las desveladas, hasta la graduación y salida a la vida real. De entonces y hasta 1987, la obra se montó intermitentemente, ya sea porque era invitada a un evento universitario o incluso para una gira por diversas escuelas de arquitectura del país. Salvo la función del estreno, el resto de presentaciones ya tuvo la aportación artística del bailarín y coreógrafo Héctor Chávez Fierro, responsable desde aquellos años y hasta la fecha, de las propuestas de danza contemporánea en la capital sinaloense.

La intención también de esa experiencia entre arquitectura y teatro, más allá del divertimento y las limitaciones de no ser actores, ni bailarines o directores, era explorar esos lenguajes artísticos y el tono de farsa, para hacer una crítica a ciertas prácticas pedagógicas tradicionales que en aquellos años todavía eran comunes, o incluso la apatía de ciertos estudiantes. El autoritarismo de ciertos profesores y la simulación de los alumnos fueron parte de algunas escenas de la obra, que además de provocar la risa, se pudiera invitar a la reflexión sobre la práctica docente de la arquitectura.

En 1988 me mudaría a la Ciudad de México, y la experiencia de Arquifarsa parecía que había quedado en el pasado como una aventura juvenil, sin embargo en este 2014, el intercambio de inquietudes sobre la danza con mi alumno de la UAM-X, Mario Mendoza, me llevo a considerar su reposición. Y fue así como en abril iniciamos los ensayos, estrenando con dos funciones el 10 de junio en las mismas instalaciones de la universidad y con dos más en julio al cerrar el trimestre lectivo. La pregunta sería, ¿por qué reponer una obra situada en los años 80 del siglo pasado sobre la experiencia académica de la arquitectura?, en primera instancia, simplemente por la reacción entusiasta  de Mario y Fernanda Díaz, otra estudiante, ante la posibilidad de montarla en la UAM y con sus compañeros de grupo, próximos a egresar. Pero también, por la oportunidad de retomar una actividad extra curricular que permitió salir de las dinámicas de clases, entregas y exámenes, para explorar otras más lúdicas pero también de posible reflexión.

Parecería que la enseñanza tradicional, donde el profesor dice la última palabra, y los alumnos simplemente le dan gusto para pasar, es cosa del pasado, sin embargo reconociendo avances en ese sentido en la últimas décadas, considero no está de más volver a poner en la mesa esa realidad, simplemente para preguntarnos donde estamos parados respecto a eso. De tal suerte, el libreto de Arquifarsa se respetó en lo general, y solo se hicieron adaptaciones mínimas en parte de la música y referentes próximos a la realidad “uamera”.

La respuesta fue muy positiva, auditorios llenos y comentarios varios, tanto de profesores y alumnos, sobre la importancia de una actividad como esta, que los sacaba de su cotidianidad y les permitía, entre risas y reflexión, preguntarse, ¿qué quieren en su escuela como espacio de aprendizaje y conocimiento, pero también el que les permite crecer como personas? Una gran pregunta que Arquifarsa no responde por cierto, pero que por lo menos de manera divertida, invita a discutirlo.

Escenas de la presentación de Arquifarsa, 10 de Junio de 2014, auditorio Vicente Guerrero, UAM-X. 
Fuente: Dolores Arizmendi.


Agosto 2014.

Despertar del sueño mundialista. Por Gerardo Alvarez Montes

En el transcurso del último mes y de manera simultánea al desarrollo del XX Campeonato Mundial de Fútbol Brasil 2014, nuestros representantes populares –políticos y gobernantes, locales y federales- han tenido bajo su responsabilidad la discusión y aprobación de reformas estructurales en materia energética, en telecomunicaciones y de relevantes proyectos en el sector de transportes, sin embargo esto se ha realizado de forma selectiva y discrecional ante la sociedad.

Porque convenientemente esta toma de decisiones ocurre en un momento en el cual la atención pública se concentra más en las expresiones, acciones, héroes y tragedias del estadio que en su trascendencia; ya que se soslayan los alcances y efectos que tales cambios pueden traer a nuestra sociedad. En este sentido el historiador Lorenzo Meyer señala: “…esta situación lo que muestra es lo contrario a la alta política, están haciendo la política más baja posible, una política indigna, indigna incluso de ellos mismos –de los políticos– ya no del país, que desde luego es indigna para nosotros…”.1

Y debido a que en los medios de comunicación aún prevalecen las noticias derivadas de la justa mundialista, se ha comunicado,  de manera discreta, la puesta en marcha de algunos proyectos de infraestructura que tendrán gran trascendencia para nuestra ciudad, entre ellos, el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, la ampliación de la Línea 12 del STCM y el Tren Interurbano México-Toluca. Por ello es importante retomarlos en este espacio para conocerlos, difundirlos y contribuir a su debate. En esta oportunidad me refiero al proyecto del “nuevo” Aeropuerto de la Ciudad de México.

Desde el nueve de febrero de 2014 se anunció a la opinión pública el proyecto de inversión para la creación del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) 2 , su ubicación ha sido pensada en la zona Texcoco y la escala del proyecto depende de la negociación de terrenos, sin embargo se pretende que para el año 2018 la nueva terminal inicie operaciones y cuente con 4 pistas y una terminal para dar servicio a 30 millones de pasajeros 3. El plan también señala que para el año 2060 el nuevo aeropuerto crecerá a seis pistas y dos terminales para atender 60 millones de pasajeros, garantizando así una viabilidad de más de 40 años.

En primera instancia, se anunció para la primera etapa, una inversión de al menos 50,000 millones de pesos, incluyendo los costos de las vialidades y de la infraestructura secundaria necesaria para ponerlo en marcha, y en una segunda etapa se invertirán otros 20,000 millones de pesos. Sin embargo, el Secretario de Comunicaciones y Transportes ha señalado que el costo de esta obra rebasará los 120 mil millones de pesos, y que formará parte de los 340 proyectos estratégicos planteados en el Programa Nacional de Infraestructura (PNI 2014-2018) 4.

Actualmente el proyecto está en etapa de revisión por el despacho de consultoría en ingeniería ARUP en coordinación con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y con la Presidencia de la República, se espera que el dictamen final de las propuestas se dé a conocer durante el segundo semestre del 2014, muy posiblemente en este mes de julio.

Las propuestas de diseño están integradas por equipos de arquitectos mexicanos y extranjeros con experiencia en diseño y construcción aeroportuaria, entre ellos, Fernando Romero – Foster & Partenrs; Legorreta + Legorreta – Rogers Stirk Harbour & Partners; Serrano Arquitectos – Zaha Hadid Architects; TEN Arquitectos de Enrique Norten – Skidmore, Owings & Merrill (SOM); Teodoro González de León – TAX  de Alberto Kalach; Grupo Sordo Madaleno; Francisco López Guerra – Pascall &Whatson; y por último Bernardo Gómez Pimienta – Gensler.

No se cuenta con mucha información de los proyectos debido a que los despachos participantes firmaron un acuerdo que les impide divulgar información durante 12 años, sin embargo han trascendido en diversos medios impresos algunas imágenes de los proyectos presentados por Fernando Romero – Foster & Partners y de TEN Arquitectos – SOM.
En tiempos como en el que actualmente se viven, donde la toma de decisiones es acompañada de una fuerte carga política, ¿No sería deseable conocer toda la información y alcances de las propuestas para esta nueva infraestructura, en aras de mayor transparencia?, ¿Cuáles son las medidas de impacto ambiental y planeación urbana que eviten un mayor deterioro de esta zona del lago de Texcoco?, ¿Qué consideraciones se están tomando para evitar nuevos conflictos sociales que impidan de nueva cuenta la realización de una obra de estas características?, ¿Qué fin tendrán las instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez, una vez que haya concluido su ciclo de servicio en el 2018?.

Esperemos que una vez terminado el sueño mundialista y de vuelta a la realidad mexicana, este y otros cambios en materia de comunicaciones y transportes arrojen cosas positivas para nuestra ciudad y no sólo sea el banquete de unos cuantos.

   Propuesta pare el Aeropuerto de la Ciudad de México de TEN Arquitectos y Skidmore, Owings & Merrill (SOM). Fuente: Diario Excélsior, Sección Nacional.


Julio 2014

Seminario de Crítica Arquitectónica 14/P, o el ejercicio de saber argumentar. Por Alejandro Ochoa Vega

En el último trimestre de la carrera de arquitectura, según el programa vigente, tendría que ofrecerse como uno de los apoyos el seminario de crítica arquitectónica, lo cual me temo no sucede en todos los troncos de concentración, generalmente por decisión de los coordinadores de módulo. El objetivo tiene que ver, con la posibilidad de cerrar los cursos de historia, con el acercamiento y análisis de la arquitectura contemporánea en México. En mi caso, como profesor de historia, me he incorporado desde 1995, del X al XII módulo, a los grupos coordinados por los profesores, Carlos Mercado, Francisco Haroldo Alfaro, Beatriz García, Javier Soria o Leonardo Meraz, todos integrantes del área de Reutilización del Patrimonio Edificado.

Para el trimestre 14/P que estamos concluyendo, el seminario tuvo condiciones que según mi perspectiva lo enriquecieron. Al plantearse como ejercicio, que por equipos se seleccionara una obra reciente de arquitectura en México (no más de 5 años), para visitarse y analizarse, se propuso incluir dos casos en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, La Puerta de la Creación de Tadao Ando y el Museo del Horno en el Parque Fundidora. Para ello se hizo el esfuerzo, con el apoyo de la Coordinación de Arquitectura, la Secretaría Académica de la División y el Departamento de Métodos y Sistemas, de ir todo el grupo en transporte de la Universidad hasta Monterrey. El viaje funciono para conocer esas obras ya emblemáticas en la ciudad regia contemporánea, pero también para visitar otras de gran interés, como el MARCO de Ricardo Legorreta, El Obispado y Catedral, de lo poco colonial que queda por allá, la Casa de Cultura, antigua estación de ferrocarril, el Paseo de Santa Lucia y la Macroplaza entre varias más. Lo mismo, la oportunidad para la mayoría que no conocía el lugar, de ubicar desarrollos urbanos regionales, en este caso de un enclave industrial importantísimo para el país.

En las siguientes semanas, se visitaron un par de obras más fuera del D.F., el centro cultural La Tallera en Cuernavaca de Frida Escobedo y la Plaza de la Concordia de Enrique Norten en Puebla, donde también se visito el Museo Amparo, con una reciente y polémica intervención del mismo autor. En la Ciudad de México, los casos analizados fueron los museos Soumaya, de Fernando Romero y Jumex de David Chipperfield, el anexo del Centro Cultural España de Javier Sánchez y la Cineteca Nacional y Mercado Roma de Michel Rodkind. En algunos casos hubo guías participantes en los procesos de obra, que complementados por lo investigado por los equipos y la reflexión colectiva final, permitió construir una experiencia viva de arquitectura. Todo esto a su vez se complemento con lecturas de crítica discutidas en clase, con autores como Josep María Montaner, Wayne Attoe y Gustavo López Padilla entre otros, y las charlas de conferencistas como Alberto González Pozo, Jorge Contreras, Dulce García y José Ángel Campos. También, durante el seminario los alumnos realizaron ensayos, reportes o reseñas de exposiciones y conferencias, o comentarios sobre textos de crítica, en la idea de ejercitar su exposición escrita.

Un evento alterno, donde casi la mitad del grupo participo, fue el montaje de Arquifarsa, espectáculo sobre el transito del estudiante de arquitectura en su escuela, que realice en Sinaloa en los años ochenta, y que aunque no era parte del seminario de crítica, permitió descubrir nuevos espacios de encuentro. Reponerla en la circunstancia actual de la UAM-X, fue la oportunidad de explorar otras experiencias extracurriculares, que posibilitan a los alumnos y profesores relacionarse de manera distinta, y pasar horas de convivencia y diversión creativa. Al final, solo queda por evaluar los ensayos críticos individuales, que cada alumno realizo sobre alguno de los casos visitados o no, mismos que no se pretendería fueran ejercicios afinados, pero si una aproximación a ese terreno complejo de los juicios de valor, donde es tan importante saber argumentar.


La Tallera / Frida Escobedo, Cuernavaca, México. Fuente: Rafael Gramo.

Julio 2014