El nuevo aeropuerto, política y arquitectura. Por Fernando Minaya Hernández.

El nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (AICM), fue presentado el pasado martes 2 de septiembre por las autoridades del gobierno federal, de la ciudad y del Estado de México, en presencia de sus autores, los arquitectos Norman Foster y Fernando Romero. En un alarde estadista para presentar la propuesta ganadora del proyecto arquitectónico del sexenio, y con un gran despliegue de medios para informar sobre las bondades del proyecto, que difícilmente estará terminado en los siguientes años.

El nuevo AICM es muestra del peso de las decisiones políticas sobre la arquitectura, supeditadas a la vez a los intereses económicos de los grupos de poder. La elección de Norman Foster responde a que muy pocos arquitectos han diseño un aeropuerto, donde el arquitecto británico tiene experiencia probada en este ámbito, lo cual no impidió una sociedad con un arquitecto mexicano sin esa experiencia previa, Fernando Romero, quien además en sus proyectos de la Plaza Mariana de la Basílica de Guadalupe y el Museo Soumaya, no ha dejado una huella de calidad precisamente, sino más bien, productos de su relación cercana con el empresario Carlos Slim.

En su momento, en el periodo moderno, la arquitectura y la ciudad se enfrentaron no solo a un nuevo paradigma social y cultural, sino también a nuevos géneros arquitectónicos que hasta el momento no se habían construido. Así,  los aeropuertos fueron algo nuevo en la arquitectura del siglo XX, y sus diseñadores enfrentaron los problemas de proyectar algo que no tenía referentes. Traigo colación a los pioneros de estos espacios, ya que sin tener idea, o muy poca, se enfrentaron a solucionar un gran problema, tanto de escala como de ingeniería, además de contener una expresión arquitectónica en sintonía con su época.

En la actualidad, los arquitectos cargan con precedentes relevantes en la construcción de aeropuertos, a pesar de su corta existencia como género, todavía el diseñarlos es un reto importante, ya que la exposición de los autores al realizar dichos trabajos es a nivel global y conlleva un reconocimiento; además de la importancia como medios de transporte masivo de personas y mercancías. Por lo demás, todo lo anterior queda supeditado a ciertas decisiones políticas sobre la arquitectura a construir, sin que las autoridades evalúen el impacto  y trascendencia cultural de la obra, más allá de los criterios económicos y de rentabilidad.  


Al final, para escribir una referencia sobre la imagen de la maqueta del nuevo AICM, citamos a Otl Aicher con su frase “si se tratara de arquitectura, tendría que decir: cuidado la democracia está en peligro. lo augusto, lo grandioso, las composiciones simétricas siempre han acompañado al acrecentamiento del poder.” (sic)

Maqueta del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. Fuente: Obrasweb.com

Septiembre, 2014.

Venecia... y la Bienal de Arquitectura. Por Alejandro Ochoa Vega.

Reseñar en pocos renglones uno de los eventos más importantes de arquitectura a nivel mundial, implica un compromiso, pero hacerlo de la Bienal de Venecia, lo hace aún más complejo, debido a la carga histórica y características físicas, arquitectónicas y patrimoniales de la ciudad sede, en el norte de Italia. Haremos el intento.

En esta 14a Muestra Internacional de Arquitectura, el curador principal fue el holandés Rem Koolhaas y la denomino “Fundamentals”, con tres componentes: absorbiendo la modernidad 1914-2014 mostrando 66 países sus traumas y avances durante ese periodo, destrucciones, divisiones o invasiones donde a pesar de todo han sobrevivido. Elementos de arquitectura, es una invitación a replantearse y releer esas partes que en conjunto definen a la arquitectura, entre otros: pisos, puertas, muros o baños, en una interpretación abierta y reveladora. Monditalia, finalmente convoca a cineastas, coreógrafos, teatreros y músicos italianos para que desde sus producciones recuperen y revisen a su propio país como un espejo del mundo contemporáneo, y lo vinculen con la ciudad y la arquitectura. Al final, el conjunto de estos 3 componentes, las exposiciones y espectáculos, parten de las preguntas, ¿qué tenemos?, ¿qué conseguimos?, ¿qué podemos hacer y a dónde vamos?

Desde estas premisas, El Arsenal, viejo recinto de la ciudad depósito de armas de aquella Venecia punto de enlace entre oriente y occidente es sede de las propuestas del primero y tercer componente, los Jardines del segundo y algunos pabellones de países, que también  se disgregan fuera de estas sedes. Por lo que una bienal en esta ciudad, implica “tomarla” en buena medida, permitiendo que el interesado la recorra,  descubra y disfrute en todos sus rincones, plazas, callejones y canales. Esa Venecia invadida irremediablemente por un turismo masivo y voraz, que la va destruyendo de a poco, y donde eventos como las bienales, atraen a un público sensible donde la ciudad no es el escenario romántico e idílico, sino una oportunidad para que la ruina de muchos de sus edificios, adquiera una connotación poética y crítica. 

De los pabellones en particular, hay los que linealmente resumen 100 años de arquitectura, como el de México, República Dominicana, hasta los que se hacen preguntas, Luxemburgo, Francia, plantean hipótesis, Argentina, Brasil, o proponen una idea abstracta y con los mínimos elementos, Alemania, Tailandia. Entre los que nos contaron la historia de su arquitectura, pero con un diseño creativo están Estados Unidos y Japón, y los que aprovecharon para sugerir alguna crítica política, como Perú y Chile. Hay los interactivos, como Cyprus y Arabia Saudita, los de carácter social, Hungría o Holanda con su homenaje a Bakema, o los de títulos sugerentes, “monumentos potenciales de futuros no realizados” Albania, o “la capital de los deseos” Armenia.

El segundo componente propuesto para la muestra, Elementos de la Arquitectura, montado en el Pabellón Central de los Jardines, es una recreación histórica, lúdica y critica de todos los elementos base en una construcción, como, pisos, escaleras, ventanas, corredores, puertas, vistos a través del objeto mismo, o desde dibujos, maquetas 1:1, o filmes, como el muy provocativo que recuperaba los baños públicos de los años setenta, donde se daban los encuentros de homosexuales. Y el tercer componente, Monditalia, en el Arsenal, desde películas, proyectos arquitectónicos, documentos, revistas de época, conferencias, foros, obras de arte, entre otros, proponen una lectura interdisciplinaria del mundo moderno y contemporáneo.

Al final, una experiencia extenuante pero a la vez rica en ideas, proyectos y productos. Un evento homenaje y crítica al siglo XX y su modernidad, que apenas cita a uno de sus protagonistas, con la reconstrucción a escala 1:1 de la casa Domi-no de Le Corbusier, o los proyectos sociales de Jaap Bakema en el pabellón holandés. Una oportunidad para poner en discusión tantos temas y retos de la arquitectura contemporánea, en un escenario único, donde la ruina se vuelve atractiva y viva, y con una Venecia decadente y luminosa a la vez, como fondo.

 Bienal de Arquitectura de Venecia. Foto: Alejandro Ochoa Vega

  Bienal de Arquitectura de Venecia.  Foto: Alejandro Ochoa Vega

 Bienal de Arquitectura de Venecia.  Foto: Alejandro Ochoa Vega
.


Octubre 2014.